Desde
la creación de internet se ha avanzado mucho, actualmente la mayoría de la
población sabe lo que es o sabe usarlo, y con frecuencia usamos internet para mirar
nuestras redes sociales y las de nuestros amigos.
Creemos
que lo que publicamos solo lo verán nuestros amigos pero es muy fácil que
puedan espiarnos a través de las redes sociales.
Sin
darnos cuenta hablamos sobre nuestra vida, que comemos, a donde vamos, con
quien, y muchas otras cosas más.
Pueden
saber donde vivimos, que pensamos o incluso donde vamos a estar en un momento
determinado.
La
cuestión es que todo ello nos parece lejano, no creemos que nos pueda suceder a
nosotros y pensamos que publicamos menos cosas de las que en realidad estamos
mostrando.
Pero
si una persona que no conocemos nos pidiese nuestros datos personales nos negaríamos
en rotundo a dárselos.
Internet
hace un uso con la información que les proporcionamos que en teoría es
confidencial, pero grandes multinacionales como puede ser Google, Yahoo! o
Facebook, entre otras compañías, no respetan y vulneran nuestro derechero de
imagen y privacidad para alcanzar fines propios. Los motivos entre otro pues
son el estudio de nuestra información con intención de lucrarse en un futuro,
una publicidad más específica a gusto de los nuevos consumidores más exquisitos
y finalmente el control y vigilancia por parte del gobierno.
Las
empresas utilizan nuestra información con intención de mejorar la publicidad y
el uso que hace el gobierno de nuestra información es con intención de
controlar y vigilar con la pretensión de mantener la seguridad nacional. Es
curioso como en la mayoría de las ocasiones somos nosotros mismos los que
aceptamos que esa información se dedique a esos fines. ¿Y cuándo aceptamos que
esa información se distribuya y se empleé para otros fines? Pues en el momento
en que aceptamos las condiciones de uso, esto se hace en el momento previo al
registro o acceso a distintos sitios. Es lo que se considera el Acepto
automático. La situación es más grave de lo que parece ya que nadie o casi
nadie lee y todos hacen click en la casilla de Acepto. Con esta idea de que
nadie lee la empresa PC Pitstop escribió en el 2005 en sus términos y
condiciones de uso que daría 1.000 dólares al primero que los leyera. Pues
pasaron más de cuatro meses hasta que un usuario se percató y reclamo el
dinero. Lo único claro es que todas las páginas web saben que el número de
personas que leen sus condiciones de uso es mínimo.
Este
es uno de los motivos que a muchas personas está llevando a intentar limpiar su
rastro de la web. Esto es cada vez más complicado. Por ejemplo Facebook, que es
una red social con más de mil millones de personas, es un auténtico registro de
nuestra información. Nuestros datos quedan recogidos y recopilados en base de
datos aunque los modifiquemos o borremos de la red, así que de poco sirve
eliminarlos. Por ello es complicado hacer desparecer nuestra huella de la red y
más en concreto de Facebook. Esta situación ha generado una nueva necesidad que han sabido aprovechar algunas empresas que han
empezado a dedicarse a la limpieza del rastro de red, aun así son innumerables
las trabas que se ponen para hacer desaparecer la información de Internet.
Con
respecto al uso que hace el gobierno, es claro diferenciar el uso que hace
Europa del que hace Estados Unidos. Este país con intención de erradicar el
terrorismo el 26 de octubre de 2001, tras el atentado del 11 de septiembres,
aprobó la denominada Ley patriota. Esta Ley le permite interceptar e investigar
todas las redes de comunicación con la justificación de prevenir el terrorismo.
La Ley les otorga más autoridad a las autoridades federales para monitorear y
grabar comunicaciones, con fines de hacer cumplir la ley. La Ley procura
también restringir la entrada de terroristas extranjeros al país y detener y
remover a los terroristas ya presentes. La ley federal de privacidad de las
comunicaciones presenta un sistema de tres niveles, creado con el doble
propósito de proteger la confidencialidad de las comunicaciones por teléfono
privado, frente a frente y por ordenador, al mismo tiempo que permite a las
autoridades identificar e interceptar comunicaciones criminales. La Ley
patriota también ha identificado nuevos delitos y ha creado nuevas
penalizaciones y procedimientos para mejorar la eficacia para combatir a los
terroristas locales e internacionales.
Este
uso que hace el gobierno y las empresas de nuestra información a mí entender es
completamente anticonstitucional ya que en el artículo 18 “Se garantiza el
derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen”.
Todas estas acciones son vulneradas y ultrajadas por las empresas y el gobierno
dentro de la red. Por ello creo que sería conveniente una regulación actual y
específica para esta nueva sociedad, que es la sociedad de la información.